El movimiento toma fuerza en medio de la indignación popular
El crecimiento de Rescate Democrático es una realidad que se hace evidente en las calles, eventos y operativos de recolección de firmas. Lo que comenzó como una iniciativa para canalizar el descontento social se ha convertido en un símbolo de esperanza para quienes buscan un cambio real en la República Dominicana.
En los últimos meses, el humor de la población ha cambiado significativamente. Antes, los voluntarios de Rescate Democrático debían explicar en cada encuentro la razón de su lucha. Hoy, la ciudadanía no solo reconoce el movimiento, sino que se acerca de manera espontánea para sumarse y firmar. En sus expresiones se percibe el hastío hacia el gobierno y su manejo de las políticas públicas.
Indignación creciente y reclamos de justicia
Uno de los factores clave detrás de este respaldo es la indignación generalizada ante los casos de corrupción y la falta de acciones concretas por parte del gobierno. La reciente remoción de Deligne Ascención como ministro de Obras Públicas ha sido interpretada por muchos como una estrategia para encubrir posibles irregularidades, en lugar de una acción de transparencia. Su designación como ministro sin cartera refuerza la percepción de impunidad, especialmente con la llegada de Eduardo Estrella al ministerio, lo que impediría investigaciones sobre la gestión anterior.
Un gobierno que contradice su propio discurso
El creciente apoyo a Rescate Democrático también responde a la percepción de que el presidente Luis Abinader ha incumplido muchas de sus promesas de campaña. Lo que en su momento fueron discursos contra la corrupción y la mala gestión ahora se ven opacados por decisiones que parecen ir en la dirección contraria. Para muchos ciudadanos, el mandatario ha cambiado su postura sin justificación, lo que ha generado decepción y desconfianza en su administración.
La movilización en torno a Rescate Democrático demuestra que el deseo de un cambio profundo sigue latente en la sociedad. La ciudadanía se mantiene alerta y cada día más personas se suman a la causa, convencidas de que la lucha por la transparencia y la justicia no puede esperar.